Evaluación de las carencias de capacidad en inocuidad de los alimentos
STDF/PG/173
Start:
01/08/2007
End:
30/04/2009
Estado
Terminado
Valor del proyecto (US$)
192,000
Contribución STDF (US$)
113,000
Beneficiarios
Países miembros de la APEC
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Entidades de ejecución
Food Standards Australia New Zealand (FSANZ)
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Socios
Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO)
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El objetivo de este proyecto era mejorar los conocimientos y las aptitudes de los encargados de la reglamentación sobre inocuidad de los alimentos de economías en desarrollo miembros del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) por lo que respecta a la planificación y ejecución de evaluaciones sobre las necesidades de creación de capacidad de sus sistemas nacionales de control de los alimentos. El proyecto también tenía como finalidad ayudar a esas personas a elaborar planes de acción nacionales sobre creación de capacidad basados en los resultados de las evaluaciones.
Para proteger a los consumidores, mantener la confianza en el suministro de alimentos y garantizar un comercio nacional e internacional seguro es fundamental contar con un sistema de control de los alimentos eficaz. Para mejorar la eficacia de los sistemas de control de los alimentos de muchos países en desarrollo es necesario definir estrategias de creación de capacidad basadas en procesos. Algunos donantes y asociados para el desarrollo, entre ellos la FAO, han participado activamente en la elaboración de instrumentos de orientación sobre cómo llevar a cabo un proceso estructurado para evaluar las necesidades de creación de capacidad. Durante la celebración de talleres y de actividades de creación de capacidad se han promocionado estos instrumentos con la finalidad concreta de formar a los participantes para que los apliquen a nivel nacional.
Durante la inauguración del Foro de Cooperación en materia de Inocuidad de los Alimentos, organizado por el APEC en abril de 2007, se hizo hincapié en la necesidad de priorizar y coordinar las actividades de creación de capacidad en materia de inocuidad alimentaria. Este proyecto surgió en este contexto a fin de incrementar la capacidad para priorizar, desarrollar y aplicar actividades destinadas a mejorar la inocuidad y la calidad de los alimentos en las economías en desarrollo miembros del APEC. Expertos de nueve países beneficiarios (Chile, China, Filipinas, Indonesia, Malasia, Papua Nueva Guinea, el Perú, Tailandia y Viet Nam) recibieron formación sobre cómo utilizar los instrumentos de la FAO para evaluar la capacidad en materia de inocuidad alimentaria. La formación estuvo orientada a mejorar su destreza para evaluar las necesidades de capacidad y para elaborar planes de acción sobre inocuidad de los alimentos en sus propios países, en colaboración con las partes interesadas pertinentes.
Durante la inauguración del Foro de Cooperación en materia de Inocuidad de los Alimentos, organizado por el APEC en abril de 2007, se hizo hincapié en la necesidad de priorizar y coordinar las actividades de creación de capacidad en materia de inocuidad alimentaria. Este proyecto surgió en este contexto a fin de incrementar la capacidad para priorizar, desarrollar y aplicar actividades destinadas a mejorar la inocuidad y la calidad de los alimentos en las economías en desarrollo miembros del APEC. Expertos de nueve países beneficiarios (Chile, China, Filipinas, Indonesia, Malasia, Papua Nueva Guinea, el Perú, Tailandia y Viet Nam) recibieron formación sobre cómo utilizar los instrumentos de la FAO para evaluar la capacidad en materia de inocuidad alimentaria. La formación estuvo orientada a mejorar su destreza para evaluar las necesidades de capacidad y para elaborar planes de acción sobre inocuidad de los alimentos en sus propios países, en colaboración con las partes interesadas pertinentes.
Un total de 20 participantes procedentes de nueve economías miembros del APEC asistieron a un taller celebrado en Beijing entre el 19 y el 23 de noviembre de 2007, y también participaron en las actividades de seguimiento. El taller y esas actividades sirvieron para hacer conocer mejor la importancia de evaluar y priorizar las necesidades en materia de inocuidad alimentaria. Los beneficiarios adquirieron nuevos conocimientos y competencias sobre cómo realizar evaluaciones de necesidades y elaborar planes de acción sobre inocuidad de los alimentos. Una evaluación a posteriori del proyecto concluyó que la formación había dado resultados positivos y mejorado los conocimientos y competencias de los participantes con respecto a los instrumentos de evaluación de la capacidad.
Los resultados y las repercusiones fueron distintos en los diversos países participantes. Los beneficiarios de siete economías miembros informaron de que tenían un plan de acción o estaban planificando elaborarlo con las partes interesadas pertinentes. Por ejemplo, en Filipinas se elaboró un plan de acción fusionando varios planes existentes. En el Perú, la evaluación de las necesidades ayudó a elaborar una nueva ley de inocuidad de los alimentos.
Seis de los ocho países que respondieron a un cuestionario posterior a la formación indicaron que habían realizado algún tipo de evaluación de necesidades tras el curso. Asimismo, los participantes destacaron la utilidad de las Directrices de la FAO y de la Guía Rápida.
Los resultados y las repercusiones fueron distintos en los diversos países participantes. Los beneficiarios de siete economías miembros informaron de que tenían un plan de acción o estaban planificando elaborarlo con las partes interesadas pertinentes. Por ejemplo, en Filipinas se elaboró un plan de acción fusionando varios planes existentes. En el Perú, la evaluación de las necesidades ayudó a elaborar una nueva ley de inocuidad de los alimentos.
Seis de los ocho países que respondieron a un cuestionario posterior a la formación indicaron que habían realizado algún tipo de evaluación de necesidades tras el curso. Asimismo, los participantes destacaron la utilidad de las Directrices de la FAO y de la Guía Rápida.
Centrar la atención en las actividades posteriores a la formación y mejorar el diseño del proyecto
Si bien el taller cumplió su objetivo de presentar una metodología estructurada para evaluar las necesidades de creación de capacidad, que los participantes consideraron muy útil y dinámica, el período posterior al proyecto es fundamental tanto para mejorar el impacto de las futuras actividades de formación como para centrarse en mayor medida en los incentivos relacionados con las actividades posteriores a la formación. El diseño de un proyecto debería necesariamente tener en cuenta las medidas complementarias que puedan generar incentivos para que los países apliquen los conocimientos adquiridos, o bien favorecer directamente su aplicación.
Algunos de los países participantes indicaron que habían seguido realizando evaluaciones de necesidades y/o que habían elaborado un plan de acción sobre inocuidad de los alimentos; no obstante, otros países no habían aplicado la metodología estructurada a nivel nacional. Mediante la mejora del diseño del proyecto, incluida la orientación posterior a la formación, y un mejor seguimiento de los progresos conseguidos se podrían obtener unos resultados más eficaces.
Si se vinculan las actividades de creación de capacidad con las dinámicas existentes en el país, y si se crean sinergias a nivel nacional, es más probable que el proyecto dé resultados positivos. La evaluación externa recomendó a los donantes y asociados para el desarrollo que incorporaran la utilización de instrumentos de evaluación y examen en las dinámicas institucionales existentes, o que crearan vínculos entre esa utilización y esas dinámicas (por ejemplo, como una parte esencial del diseño o elaboración de un proyecto y/o de su aplicación). Esta estrategia hará que las evaluaciones estructuradas de las necesidades de creación de capacidad den resultados positivos prácticos, y además favorecerá su aplicación.
Mejorar la capacidad institucional para aumentar la eficacia de los talleres
La evaluación externa del proyecto puso de manifiesto que los participantes de países que ya tenían en marcha alguna iniciativa de creación de capacidad sanitaria o fitosanitaria estaban en mejores condiciones para utilizar o aplicar los conocimientos adquiridos en el taller durante las actividades posteriores a la formación. Los donantes y las organizaciones asociadas pueden considerar la posibilidad de investigar cuáles son las deficiencias institucionales más importantes en materia de capacidad sanitaria o fitosanitaria, a fin de complementar las actividades de formación sobre la evaluación de la inocuidad alimentaria y la elaboración de planes de acción.
Fomentar la participación del sector privado
El taller cumplió sobre todo los objetivos diseñados exclusivamente para los encargados de la reglamentación sobre inocuidad de los alimentos. Los participantes en el taller consideraron que la metodología era muy pertinente y eficaz, pero las actividades de seguimiento no estaban concebidas para fomentar sistemáticamente la participación de los representantes del sector privado en el proceso de evaluación de las necesidades de creación de capacidad. Si las conversaciones que tuvieron lugar durante el taller y después de este hubieran sido más inclusivas, quizás habría habido más posibilidades de lograr una mayor participación de las partes interesadas y una mayor sostenibilidad del proyecto.
Si bien el taller cumplió su objetivo de presentar una metodología estructurada para evaluar las necesidades de creación de capacidad, que los participantes consideraron muy útil y dinámica, el período posterior al proyecto es fundamental tanto para mejorar el impacto de las futuras actividades de formación como para centrarse en mayor medida en los incentivos relacionados con las actividades posteriores a la formación. El diseño de un proyecto debería necesariamente tener en cuenta las medidas complementarias que puedan generar incentivos para que los países apliquen los conocimientos adquiridos, o bien favorecer directamente su aplicación.
Algunos de los países participantes indicaron que habían seguido realizando evaluaciones de necesidades y/o que habían elaborado un plan de acción sobre inocuidad de los alimentos; no obstante, otros países no habían aplicado la metodología estructurada a nivel nacional. Mediante la mejora del diseño del proyecto, incluida la orientación posterior a la formación, y un mejor seguimiento de los progresos conseguidos se podrían obtener unos resultados más eficaces.
Si se vinculan las actividades de creación de capacidad con las dinámicas existentes en el país, y si se crean sinergias a nivel nacional, es más probable que el proyecto dé resultados positivos. La evaluación externa recomendó a los donantes y asociados para el desarrollo que incorporaran la utilización de instrumentos de evaluación y examen en las dinámicas institucionales existentes, o que crearan vínculos entre esa utilización y esas dinámicas (por ejemplo, como una parte esencial del diseño o elaboración de un proyecto y/o de su aplicación). Esta estrategia hará que las evaluaciones estructuradas de las necesidades de creación de capacidad den resultados positivos prácticos, y además favorecerá su aplicación.
Mejorar la capacidad institucional para aumentar la eficacia de los talleres
La evaluación externa del proyecto puso de manifiesto que los participantes de países que ya tenían en marcha alguna iniciativa de creación de capacidad sanitaria o fitosanitaria estaban en mejores condiciones para utilizar o aplicar los conocimientos adquiridos en el taller durante las actividades posteriores a la formación. Los donantes y las organizaciones asociadas pueden considerar la posibilidad de investigar cuáles son las deficiencias institucionales más importantes en materia de capacidad sanitaria o fitosanitaria, a fin de complementar las actividades de formación sobre la evaluación de la inocuidad alimentaria y la elaboración de planes de acción.
Fomentar la participación del sector privado
El taller cumplió sobre todo los objetivos diseñados exclusivamente para los encargados de la reglamentación sobre inocuidad de los alimentos. Los participantes en el taller consideraron que la metodología era muy pertinente y eficaz, pero las actividades de seguimiento no estaban concebidas para fomentar sistemáticamente la participación de los representantes del sector privado en el proceso de evaluación de las necesidades de creación de capacidad. Si las conversaciones que tuvieron lugar durante el taller y después de este hubieran sido más inclusivas, quizás habría habido más posibilidades de lograr una mayor participación de las partes interesadas y una mayor sostenibilidad del proyecto.
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