El objetivo de este proyecto era aumentar los ingresos de las partes interesadas de la cadena de valor de las semillas de sésamo del Sudán mediante el fortalecimiento de sus capacidades para cumplir las prescripciones en materia de inocuidad y calidad de los alimentos que se exportan a mercados de alta calidad como los del Japón, Corea y la Unión Europea.
El proyecto prestaba especial atención a los pequeños productores de los estados de Kordofán del Norte y Al Qatarif y contribuía a diversificar las exportaciones mediante el aumento de los ingresos de la industria no petrolera y la mejora de la calidad y la inocuidad de las semillas de sésamo.
La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) facilita los vínculos comerciales entre el Sudán y el mercado internacional - 20 de enero de 2022
El sector agropecuario, que representa un tercio de la actividad económica del país y emplea hasta al 80% de los hogares, es fundamental para la diversificación de la economía del Sudán. Sin embargo, las exportaciones de sésamo se limitan a los países de la región —Arabia Saudita, Egipto, Siria, el Líbano y Jordania— y China, ya que el producto no cumplía las normas sanitarias y fitosanitarias de mercados de alta calidad, como el Japón, Corea y la Unión Europea. Esto se debía a la contaminación por plagas, la contaminación microbiológica y el incumplimiento de los límites máximos de residuos de plaguicidas en el producto final. Más concretamente, los principales motivos para rechazar los productos eran los restos de aflatoxinas, salmonela y sustancias químicas objeto de restricciones.
El proyecto se centró en reducir las deficiencias sanitarias y fitosanitarias mediante el refuerzo de la capacidad de las partes interesadas, así como en la mejora de los servicios de control y de las capacidades de los laboratorios. De este modo, el Sudán estará mejor preparado para suministrar semillas de sésamo inocuas y de alta calidad a diversos mercados de exportación.
Mejora de la capacidad para cumplir las medidas sanitarias y fitosanitarias y aplicar las buenas prácticas agrícolas
- El proyecto adoptó la forma de escuelas de campo en las que los agricultores seleccionados recibieron formación sobre las buenas prácticas agrícolas y el cumplimiento de las normas sanitarias y fitosanitarias. Se establecieron seis escuelas de campo para agricultores. Se impartió a más de 400 agricultores (40% mujeres) y 50 responsables de la manipulación del sésamo ya cosechado en Kordofán del Norte y Al Qadarif formación para el acondicionamiento de tierras, el uso de semillas mejoradas y el control de malas hierbas.
- El enfoque de las escuelas de campo mejoró el intercambio de conocimientos y experiencias entre los grupos de agricultores; ayudó a establecer relaciones sólidas entre los investigadores, los divulgadores y los agricultores; y estableció vínculos entre los agricultores, los comerciantes y las empresas exportadoras.
- Treinta divulgadores recibieron formación como instructores expertos en buenas prácticas agrícolas y buenas prácticas de higiene, y 11 funcionarios encargados de la reglamentación recibieron formación con arreglo a la norma ISO 17020, en la que se especifican los requisitos para las inspecciones sanitarias y de seguridad.
- Se organizaron cuatro talleres en función de las necesidades de las partes interesadas sobre el Acuerdo MSF de la OMC, los servicios de información MSF, el análisis de riesgos sanitarios y fitosanitarios y la gestión de plaguicidas. El objetivo era mejorar los conocimientos y las competencias de los funcionarios públicos y los expertos en relación con las cuestiones sanitarias y fitosanitarias y la garantía de la calidad.
Revisión de la legislación fitosanitaria y el sistema de control de las exportaciones del Sudán
- En colaboración con la Organización Nacional de Protección Fitosanitaria (ONPF), el proyecto contribuyó a llevar a cabo un examen exhaustivo de la legislación fitosanitaria del Sudán para detectar deficiencias y formular recomendaciones con miras a realizar mejoras. Se elaboró y presentó al Gobierno una propuesta de sistema de control de las exportaciones. El objetivo era identificar deficiencias en el control de calidad y mejorar la coordinación interinstitucional entre los organismos gubernamentales y el sistema de infraestructura de la calidad mediante la adopción de un enfoque basado en el riesgo.
Desarrollo de vínculos comerciales a nivel local e internacional
- Un encuentro entre empresas reunió a 24 productores de sésamo sudaneses con 27 compradores del Japón, Corea del Sur, China, la Unión Europea y el Oriente Medio. Los productores y compradores exploraron oportunidades para mejorar el acceso a los mercados y aumentar los ingresos de exportación.
- Para promover la construcción de una red nacional, se elaboró un directorio de agentes de la cadena de valor del sésamo, integrado por 200 agricultores procedentes de los estados de Kordofán del Norte y Al Qadarif, así como de responsables de la manipulación del producto ya cosechado, centros de subastas y transportistas.
Mejora de las oportunidades de exportación gracias al cumplimiento de las medidas sanitarias y fitosanitarias y otras normas de seguridad
- Se elaboraron ocho guías prácticas dirigidas a agricultores, responsables de la manipulación del producto ya cosechado y exportadores. Estas abordaban las actividades posteriores a la cosecha, el transporte, la extracción de aceite, la trazabilidad y el cumplimiento de las normas del mercado. El objetivo era consolidar y difundir conocimientos, así como promover las mejores prácticas en cada etapa de la cadena de valor del sésamo con miras a garantizar la calidad del producto.
- Se elaboró un sistema de e trazabilidad en papel, incluido en las guías, para garantizar que las transacciones entre compradores y vendedores queden registradas y que los lotes sean identificables y diferenciables. Dieciséis empresas recibieron formación sobre el uso del sistema de trazabilidad.
Los enfoques de formación participativos, como las escuelas de campo para agricultores, son muy eficaces para reforzar conocimientos y transferir competencias. No obstante, los agricultores deben tener un mayor acceso a los insumos agrícolas. Es necesario establecer asociaciones con instituciones de microfinanciación locales y otros proveedores de servicios para ayudar a los agricultores a acceder a esos insumos.
En las sociedades en las que es difícil reunir en un mismo espacio a agricultores e instructores de ambos sexos, se deberían diseñar formaciones destinadas exclusivamente a mujeres. También es importante comprender qué incentivos y requisitos serían útiles para que los instructores sigan impartiendo formación. Integrar a los instructores en instituciones ya existentes podría favorecer un enfoque más sostenible, mientras que impartir formación en línea podría ampliar su alcance y ahorrar recursos.
Los vínculos verticales entre los diversos agentes de la cadena de valor son frágiles, por lo que los agricultores u otros agentes suelen gozar de pocos incentivos para participar en la aplicación de las medidas de garantía de la calidad y de buenas prácticas. Por lo tanto, es necesario fortalecer los vínculos y promover la colaboración en el marco de las cadenas de valor agrícolas para lograr altos niveles de garantía de la calidad y trazabilidad. Al fomentar un sentido de responsabilidad común y alentar a todos los agentes a dar prioridad a la calidad, toda la cadena de valor puede prosperar, lo que beneficiaría no solo a las distintas partes interesadas sino también a los consumidores que esperan obtener productos agropecuarios seguros y fiables.