Gracias a la diversidad de sus condiciones agroclimáticas, Etiopía produce una gran variedad de cultivos y productos agropecuarios en distintas regiones durante todo el año. Muchos de estos productos, como flores, hortalizas y frutas, se destinan al mercado internacional.

Sin embargo, las exportaciones de productos agropecuarios de Etiopía siguen estando muy por debajo de su potencial debido a la limitada capacidad del país para prestar servicios de control fitosanitario eficaces. La ausencia de puestos de inspección en la mayoría de las fronteras expone al país al riesgo de introducción, establecimiento y propagación de plagas y enfermedades. Las plagas incipientes, como la cochinilla del algodón, el gusano minador del tomate (Tuta absoluta), la cochinilla del mango, las nuevas razas de la roya del tallo del trigo, la mosca blanca de los cítricos, la agalla de la haba y la podredumbre blanca de la cebolla, han planteado problemas importantes en el último decenio. Además, existen dificultades derivadas de una reglamentación fitosanitaria obsoleta y de la falta de coordinación entre los organismos de protección fitosanitaria y otras partes interesadas.