El maíz es uno de los principales productos cultivados por los pequeños agricultores en Burkina Faso para el consumo local y la exportación. Al ser una planta muy susceptible de ser contaminada, es esencial cumplir las prescripciones en materia de inocuidad de los alimentos para desarrollar la cadena de valor del maíz y proteger la salud. El proyecto del STDF prestó apoyo al Gobierno y a los agricultores para reducir la contaminación por aflatoxinas e impulsar la calidad del maíz destinado a la exportación.
Un cereal en peligro
El maíz es uno de los principales cultivos cerealeros de Burkina Faso. Es muy vulnerable a las aflatoxinas, que se propagan fácilmente durante las diversas etapas de producción, incluida la cosecha y poscosecha. A menudo los niveles de contaminación son superiores a los prescritos por las normas alimentarias internacionales del Codex, lo que afecta a la salud pública del país. Esto también ha impedido que Burkina Faso venda maíz en los mercados regionales, incluso para su distribución como ayuda alimentaria a fin de promover la seguridad alimentaria de las poblaciones vulnerables.
En 2019, con el apoyo del STDF, el Gobierno de Burkina Faso colaboró con su sector privado para aplicar un proyecto de tres años centrado en la reducción de la contaminación por aflatoxinas en el maíz y los productos derivados del maíz. El proyecto integró la utilización de Aflasafe1 y de buenas prácticas agrícolas para mitigar y controlar el contenido de aflatoxinas a lo largo de toda la cadena de valor, con miras a cumplir las prescripciones de importación en materia de inocuidad de los alimentos.
¿Qué son las aflatoxinas?
Las aflatoxinas son un grupo de toxinas naturales producidas por determinados mohos (hongos) pertenecientes al género Aspergillus. Son muy tóxicas y pueden contaminar diversos cultivos, entre ellos el maíz, los cacahuetes (maníes), las semillas de algodón y las nueces de árbol. Las aflatoxinas son especialmente problemáticas, ya que pueden tener graves consecuencias para la salud cuando son consumidas por seres humanos y animales.
Un enfoque multisectorial
El proyecto siguió un enfoque multisectorial, al reconocerse que el control de las aflatoxinas es motivo de preocupación tanto para el sector público como para el privado. Esto permitió intercambiar conocimientos, fomentar la innovación y elaborar soluciones prácticas para combatir la contaminación por aflatoxinas. Se formó a más de 40 facilitadores y unos 30 técnicos de laboratorio como instructores para la utilización de Aflasafe y la aplicación de las técnicas de muestreo y análisis de aflatoxinas en el maíz.
Aprovechando los conocimientos técnicos de los investigadores, los funcionarios de salud y las autoridades de normalización, el proyecto puso a prueba soluciones alternativas para reducir aún más el contenido de aflatoxinas en el maíz. Un ejemplo de ello fue el desarrollo de soluciones biológicas por el Instituto de Investigación en Ciencias Aplicadas y Tecnologías. El Laboratorio Nacional de Salud Pública y el Organismo Nacional de Normalización también elaboraron pruebas rápidas para medir los niveles de aflatoxinas en el maíz. Se presentó Aflasafe a los productores y se compró para que se utilizara.
Exportaciones seguras de alimentos, y más allá
El valor de las exportaciones de maíz aumentó un 31% entre 2018 y 2021, de 1,6 millones de dólares EE.UU. a 2,2 millones de dólares EE.UU. Esto se debió en parte a las nuevas prácticas agrícolas adoptadas por los agricultores gracias al proyecto, que ayudaron a lograr que el maíz estuviera en condiciones de ser exportado. Estas nuevas formas de trabajar ayudaron a los productores a aumentar sus ingresos anuales medios, que pasaron de 334.133 francos CFA (unos 600 dólares EE.UU.) a 1.550.250 francos CFA (unos 2.600 dólares EE.UU.).
El uso de Aflasafe y la aplicación de buenas prácticas dieron lugar a una disminución sustancial de la contaminación por aflatoxinas. El maíz que se sometió a pruebas en las zonas del proyecto mostró una reducción del contenido de aflatoxinas superior al 75%.
Burkina Faso ha dado pasos importantes para asegurar el comercio seguro de alimentos y promover sistemas agrícolas sostenibles aprovechando diversos conocimientos especializados, fomentando la inclusividad y promoviendo la colaboración.
ENSEÑANZAS EXTRAÍDAS
- Soluciones de la vida real para problemas de la vida real: Un problema de la vida real (el deterioro del maíz en los almacenes) fue el punto de partida del proyecto y orientó la toma de decisiones.
- Asociaciones público-privadas: El proyecto demostró el valor de la colaboración entre el sector público y el sector privado para abordar preocupaciones sectoriales.
- Aprendizaje Sur-Sur: La colaboración con el Instituto Internacional de Agricultura Tropical facilitó el aprendizaje de un enfoque integrado de control de las aflatoxinas aplicado en otras partes de África, que incluye buenas prácticas poscosecha.
- Cooperativas para la creación de capacidad: El fortalecimiento de la capacidad mediante redes de cooperación ayudó al proyecto a llegar a un mayor número de pequeños agricultores y a otras partes interesadas de la cadena de valor.
- Soluciones adaptadas en materia de investigación: Involucrar a un instituto de investigación permitió adaptar las soluciones en materia de investigación.
PRINCIPALES DATOS
- 40 facilitadores y 30 técnicos de laboratorio formados en la utilización de Aflasafe
- Reducción del 75% de la contaminación del maíz
- Aumento del 31% de las exportaciones de maíz (2018-2021)
- Aumento de los ingresos anuales medios de los productores de 334.133 francos CFA (unos 600 dólares EE.UU.) a 1.550.250 francos CFA (unos 2.600 dólares EE.UU.)
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Este proyecto fue ejecutado por la Unidad Nacional de Aplicación del Marco Integrado mejorado (que depende del Ministerio de Comercio, Industria y Artesanía de Burkina Faso), en asociación con la Confederación de Agricultores de Burkina Faso.
1 Alfasafe BF01 es un producto de control biológico.