Elaborar un marco para la aplicación de un sistema nacional obligatorio de rastreabilidad y vigilancia, para registrar y controlar los movimientos del ganado bovino en todo el país y así fortalecer el Programa Nacional de Vigilancia Epidemiológica y estimular el desarrollo del país.
Puede consultarse un documento sobre los resultados del proyecto aquí.
La aparición a nivel mundial de numerosos episodios de fiebre aftosa, encefalopatía espongiforme bovina y otras enfermedades ha obligado a adoptar medidas en el comercio de la carne de bovino. Un sistema de rastreabilidad bien estructurado permite determinar el origen y los efectos de un problema sanitario para poder aplicar las medidas adecuadas. Implantar un sistema de rastreabilidad es importante para garantizar la inocuidad de los productos alimenticios, y un requisito imprescindible para acceder a algunos mercados.
En los últimos años Costa Rica ha aprobado varios instrumentos normativos para mejorar la ganadería y las actividades de transformación, con miras a garantizar la calidad e inocuidad de la carne de bovino y de sus productos derivados, tanto para los consumidores del país como para la exportación.
Un sistema nacional obligatorio de rastreabilidad y de control de los desplazamientos
Se creó un sistema nacional obligatorio de rastreabilidad para controlar los movimientos del ganado bovino en todo el país. Para ello fue necesaria una estrecha interacción entre todos los sectores de la cadena de producción de ganado bovino, que dio pie a una cooperación bien articulada entre el sector público y el privado, y fortaleció el sector nacional del ganado bovino. Además, la adopción de estos nuevos requisitos de rastreabilidad armonizó la normativa de Costa Rica con las recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal, algo que no ha dejado de generar beneficios para el país. Costa Rica no solo cumple ya sus obligaciones en materia sanitaria y fitosanitaria; también tiene más crédito en el comercio internacional y ha podido desarrollar su actividad comercial, en particular hacia mercados exteriores rentables. Además de los posibles beneficios económicos, el proyecto ha permitido mejorar también la salud pública en Costa Rica. El programa no solo ha mejorado la garantía de la calidad que se ofrece a los consumidores; también ha abierto nuevas posibilidades de vigilancia en materia de salud pública, que permiten localizar y solventar rápidamente cualquier problema relativo al consumo de carne de bovino. No solo se han beneficiado las personas; el sistema también ha mejorado el bienestar general de los animales en el sector del ganado bovino, gracias a un mayor control sobre los productores y transportistas de ganado en toda la cadena de producción.
Un nuevo marco de reglamentación
El proyecto coincidió con la aprobación de la Ley 8799, la Ley de Control de Ganado Bovino, Prevención y Sanción de su Robo, Hurto y Receptación, que preveía la elaboración de reglamentos de aplicación. Se podía pues crear un sistema de reglamentación unificado que incluyera aspectos del proyecto. Los funcionarios del Gobierno trabajaron hacia ese objetivo y establecieron un marco de reglamentación único que llevaba a la práctica tanto las disposiciones de la ley como el proyecto de rastreabilidad y control. Se creó así una estructura reglamentaria más individualizada, que daba fuerza jurídica a cuestiones de rastreabilidad y control, lo que legitimaba el programa y ofrecía transparencia a los actores de la cadena de producción de ganado bovino. Este sistema más claro fue también más eficaz. Además, como el reglamento era obligatorio, el proyecto pudo aplicarse en todo el país de forma más duradera. La integración de la estructura del programa con las leyes del país impulsó el proyecto y sentó las bases para crecer y mejorar en el futuro.
Sistema de registro completo, actualizado y armonizado
Para establecer el sistema nacional obligatorio de rastreabilidad y control era necesario analizar y actualizar los registros que se tenían hasta la fecha. Los registros anteriores al inicio del proyecto no estaban bien organizados: a menudo se superponían unos a otros y no estaban actualizados. El proyecto ofrecía una solución al problema: un banco de información centralizado en el que se pueden obtener datos sobre la situación de un determinado hato en cualquier punto de la cadena de producción. Este sistema electrónico, gestionado desde las oficinas del MAG y SENASA, se puede consultar en todo el país para obtener esta información al instante. El sistema permite un seguimiento del ganado bovino en la cadena de producción gracias a los hierros individuales y exclusivos con los que todos los productores marcan su ganado. Además, la posibilidad de reconocer cada hierro es la base para prevenir y sancionar el robo de ganado bovino, un problema muy extendido en Costa Rica.
La importancia de un plan específico para el país
El proyecto presentó una estrategia a largo plazo que se adoptó como prioridad nacional, lo que permitió establecer objetivos y estrategias estables y ajenas a presiones internas y externas. El sistema de rastreabilidad y control se desarrolló a partir de las necesidades y recursos específicos de Costa Rica, es decir, aprovechando los puntos fuertes del país y subsanando las carencias observadas. Esta forma de proceder permitió estructurar un plan nacional muy fiable y que se ha revelado particularmente sostenible. Además, el uso de capacidades y recursos nacionales, como las plataformas de TIC, redujo los costos generales y fortaleció los vínculos del programa con el país, lo que incrementó sus perspectivas de seguir aplicándose en el futuro.
La necesidad de participación y cooperación de todas las partes interesadas
La naturaleza del proyecto exigía una intensa relación entre los múltiples sectores de la cadena de producción de ganado bovino, y un fortalecimiento de la cooperación público-privada. Como desde el principio del proyecto se tuvo en cuenta esta necesidad, todas las partes interesadas se implicaron de forma significativa en cada etapa del proyecto. Además de la necesidad de contar con las diferentes partes interesadas, se requería también que los funcionarios se implicasen continuamente en conversaciones con las partes interesadas para determinar de manera correcta y oportuna las prioridades de seguridad animal y alimentaria. Este enfoque multidisciplinar fue la garantía de éxito del proyecto. Aparte de la cooperación y participación de los agentes del país, los creadores del proyecto eran conscientes de que hacía falta una cooperación a nivel internacional para que el proyecto tuviese éxito. Era necesario completar y desarrollar las capacidades existentes con financiación y recursos de fuentes externas, como del Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio (STDF), la CIDA y el IICA. Se creó pues un mecanismo de financiación que integraban y mejoraba los recursos y perspectivas disponibles en todo el territorio de Costa Rica.
La necesidad de flexibilidad en el desarrollo y aplicación del proyecto
Este programa innovador se aparta de muchos modelos de trabajo propios de Costa Rica en materia de seguridad animal y alimentaria. El carácter innovador se debía en gran medida a la disposición de los responsables a mejorar el proyecto a partir de la información y las evaluaciones recibidas al respecto, a evaluar los éxitos y los puntos débiles del proyecto de forma regular, y actuar en consecuencia para que todo el proyecto funcionase perfectamente. La flexibilidad de todos los participantes era un requisito para el éxito del proyecto. El proyecto se fue aplicando de forma gradual y progresiva, lo que permitió realizar mejoras en cada una de las fases, cada vez más complejas, a partir de la experiencia obtenida en las anteriores.