El proyecto tuvo por finalidad superar la no conformidad con las normas sanitarias y fitosanitarias internacionales, en particular en los sectores del mango y la patata, y reforzar las capacidades fitosanitarias en Guinea. Las carencias del control fitosanitario exponían a los productos a riesgos de rechazo en los mercados internacionales. Este proyecto contribuye al Objetivo 2 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: erradicar el hambre y promover la agricultura sostenible.
El proyecto estuvo orientado específicamente a los sectores del mango y la patata, ya que presentaban un elevado potencial de exportación para Guinea, pero se veían gravemente afectados por problemas fitosanitarios. Las pérdidas posteriores a las cosechas, en particular en el sector del mango (estimadas entre el 60 y el 85%) eran resultado de la incapacidad de aplicar medidas fitosanitarias eficaces y acceder a los mercados.
La evaluación de las capacidades fitosanitarias de 2017 reveló carencias importantes en el sistema guineano de control fitosanitario, en particular la no conformidad con las normas internacionales. Estas lagunas impedían que los exportadores guineanos satisficieran las exigencias de los mercados internacionales, por ejemplo el de la Unión Europea, donde la conformidad sanitaria y fitosanitaria es esencial para evitar el rechazo de los productos.
Debido a estas lagunas, el país veía limitadas sus oportunidades de exportación, lo que frenaba el desarrollo económico y la competitividad de la agricultura. El proyecto tenía por fin resolver estos problemas para mejorar la calidad de los productos guineanos, reforzar la confianza de los interlocutores comerciales y aumentar así el acceso a los mercados internacionales, al tiempo que se apoyaba la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.
Mejora de la gobernanza del sistema fitosanitario
Se trataba de mejorar las capacidades de las autoridades guineanas en materia de control, inspección y certificación fitosanitaria, actualizando los marcos legislativos y reglamentarios, a fin de garantizar su conformidad con las normas internacionales.
Este objetivo de alinear los textos legislativos y reglamentarios guineanos con las normas internacionales de la CIPF y el Acuerdo MSF de la OMC se ha logrado plenamente. Se han elaborado y validado con las partes interesadas un proyecto de ley y tres textos de reglamentación, lo que supone una etapa importante en la mejora de las prácticas de control, de inspección y de certificación fitosanitaria en el país.
Fortalecimiento de los procesos operativos del sistema fitosanitario, en aplicación de las NIMF
Este proyecto estaba destinado a fortalecer las capacidades de las autoridades fitosanitarias guineanas en materia de análisis de riesgos, inspección, certificación y establecimiento de sistemas de vigilancia para los cultivos prioritarios, al tiempo que se armonizaban las prácticas con las normas internacionales.
El proyecto ha fortalecido las capacidades fitosanitarias de Guinea gracias a varias iniciativas. Se ha actualizado la lista de plagas reglamentadas para los cultivos prioritarios y se ha desarrollado un sistema de alerta contra el tizón tardío, con inclusión de la instalación de estaciones meteorológicas y la formación de 55 operadores, 7 de ellos mujeres. Se han elaborado procedimientos de control fitosanitario y una guía de buenas prácticas para el sector de la patata. Por último, se ha establecido un sistema de calidad conforme a la norma ISO 17020, gracias a auditorías internas y a la elaboración de 12 documentos de procedimiento.
Fortalecimiento de las competencias de las principales partes interesadas
El objetivo era fortalecer las competencias de los agentes implicados en los sectores de la patata y del mango, tanto individual como colectivamente, a fin de resolver los problemas comunes y actuar de manera concreta.
Los resultados incluyen la formación de agentes de la DNPV-DS en el análisis de riesgos fitosanitarios, así como la de 181 agentes privados en la lucha contra la mosca de la fruta. Por otra parte, se ha formado a 55 agentes en técnicas de lucha eficaz contra el tizón tardío y en el reconocimiento de otras enfermedades de la patata. Por lo que respecta al control oficial, se ha formado a 20 agentes de la DNPV-DS en el control de la calidad de las semillas importadas. Además, 17 agentes se han convertido en formadores y han formado a su vez a 260 productores de patata, entre ellos 148 mujeres, en prácticas de producción sostenibles, de resultas de la elaboración de la Guía de buenas prácticas en el sector de la patata, lo que garantiza la sostenibilidad de las medidas fitosanitarias nacionales.
Fortalecimiento de las dinámicas de comunicación y las competencias de las principales partes interesadas del sistema fitosanitario
El proyecto ha fortalecido eficazmente la comunicación y las competencias de los agentes fitosanitarios. Actividades como los encuentros con los servicios descentralizados y la organización del primer día internacional de la salud vegetal en Guinea han favorecido el diálogo entre los agentes agrícolas y los del sistema fitosanitario. Los talleres también han permitido compartir los resultados y formar a los técnicos. Por último, las mesas redondas de debate han permitido reforzar la colaboración entre los agentes.
Creación de capacidad institucional
La creación de una unidad de formación interna en el seno de la DNPV-DS ha resultado una iniciativa crucial para garantizar la continuidad de las competencias, a pesar de las jubilaciones. Esto permitirá institucionalizar la formación continua, reforzando así la resiliencia de la organización y la retención de personal calificado.
Colaboraciones y sinergias pública-pública y público-privada
La elaboración de la Guía de buenas prácticas con la participación de las organizaciones matrices (UGAL, FPFD, PFFL-KOLLAGUEL, UGAS), del Ministerio de Agricultura (DNPV-DS, IRAG, Centro de Promoción Hortícola de Dalaba) y de las ONG (ENABEL, EUCORD) ha facilitado una colaboración eficaz entre los servicios públicos y las organizaciones profesionales. Este enfoque ha garantizado una adopción más amplia de la Guía de buenas prácticas y ha reforzado le participación de los agentes privados en el seno de las iniciativas de calidad y de seguridad alimentaria.
Utilización de tecnologías innovadoras
La introducción de un sistema de alerta del tizón tardío de la patata, basado en datos meteorológicos y un modelo informático, seguido por los técnicos de las organizaciones matrices y del servicio de asesoramiento agrícola, ha sido un éxito. Este sistema no solo ha mejorado la mejora de la vigilancia del tizón tardío de la patata, sino que también ha fortalecido la confianza de los agricultores en los consejos agronómicos.
Apoyo a la sostenibilidad
El fortalecimiento de las capacidades locales a través de formaciones impartidas por expertos internacionales ha garantizado una apropiación sostenible de las competencias locales. Los formadores nacionales formados están ahora equipados para impartir formaciones y aportar sus conocimientos especializados más allá del proyecto, lo que garantiza la permanencia de los esfuerzos de desarrollo.